Erótica llama a la puerta virtual que la conecta con lascivia, ser transmutable que tiene la asombrosa facilidad de proporcionarle tremendos e inolvidables orgasmos. No sabe si es hombre o mujer, y desde luego, no le importa. No es más que negro sobre blanco, excitantes líneas llenando la ventana del chat. Son sus propias manos las que, guiadas por cordones invisibles, acarician su cuerpo de marioneta y la conducen inevitablemente al clímax.
Sentada frente a una pantalla, con un ojo digital enviando a través de una red infinita sus partes más íntimas al descubierto, con la sensación de que está llevando a cabo una perversión inconfesable, los dedos temblando, los labios entreabiertos y la respiración acelerada. Así se muestra ante lascivia: puro deseo, incandescente, inalcanzable, invisible.
Sentada frente a una pantalla, con un ojo digital enviando a través de una red infinita sus partes más íntimas al descubierto, con la sensación de que está llevando a cabo una perversión inconfesable, los dedos temblando, los labios entreabiertos y la respiración acelerada. Así se muestra ante lascivia: puro deseo, incandescente, inalcanzable, invisible.
8 comentarios:
Imagino que esta entrada tampoco es autobiográfica, jajaja
Un besote
Yedra
Digamos que es una historia robada :)
Pues aunque sea una historia robada es el reflejo de muchas personas que disfrutan con el ojos digital...
Besos dulces...
Esa es la gracia Susy, muchos besos
La sensualidad surge de uno de su propia mente, luego si enlazas con una mente cómplice .....ya no hay cosa mejor.
besos, me encanta leer cosas así.
Me alegro de que te haya gustado, sigue disfrutando así...
Digamos que es lo que tiene el aburrimiento. La gente se aburre y empieza por aqui, acaba por allá. Con lo entretenido que es leer el periódico.
¿Entretenido? Puede... pero no tan morboso ;)
Besitos luneros
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