De repente me encuentro en un salón completamente rojo. De la pared cuelgan unas cortinas que cubren las paredes y en el centro hay un almohadón grande, forrado de terciopelo. A los lados, pegados a las paredes, hay unos divanes tapizados del mismo color burdeos del suelo, y un mueble bar completamente equipado.
Mi amo me conduce hacia el centro y con un gesto rápido retira mi túnica, dejándome desnuda.
- Y ahora túmbate boca arriba en el almohadón, con las piernas colgando, y no te muevas.
El tiempo transcurre lentamente y la espera me va poniendo nerviosa. Y por qué no admitirlo, también excitada. No tengo ni idea de qué tendrá preparado mi amo, que ahora me observa desde uno de los divanes. Al fin oigo pasos y murmullos. La puerta de la habitación se abre y entran cinco hombres. No puedo verlos bien, pues mi postura me lo impide, pero todos van vestidos sólo con vaqueros.
Él les recibe con soltura, sirve copas, y uno a uno se acercan para observarme. Yo siento sus miradas lascivas y noto cómo se humedece mi sexo, pero sigo sin moverme. No me tocan. Mi amo me ordena que me dé la vuelta y lo hago, ofreciéndoles inmejorables vistas de mi trasero. Una mano desconocida se desliza suavemente por mi nalga, pero se aparta, y tras un momento de expectación, siento la palmada firme y la carne ardiendo. Me muerdo los labios y cierro los ojos con fuerza para no gemir, y otra vez la mano desciende.
Entreabro los ojos y veo que él está frente a mí. Me levanta la barbilla, me besa con pasión y me dice que le mire mientras las palmadas en mis nalgas no cesan.
Continuará el miércoles 13 de marzo
La fotografía, de Marc Lagrange, uno de mis fotógrafos favoritos
2 comentarios:
solo una cosa, esperando la continuacion jejeje
Ya queda menos! ;)
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