Este relato erótico está basado en una fantasía de una lectora. Aquí podéis ver la primera y la segunda parte.
El agente Beckett la penetró rítmicamente durante un par de minutos, dejando escapar gruñidos de placer y agarrando con fuerza sus nalgas, de forma que ella podía sentir sus dedos clavándose con fuerza en la carne. Hacía ya un rato que no era dueña de si misma ni de su cuerpo, que excitado humedecía el sexo erecto del agente.

Miller se acercó, pero ni siquiera la tocó, sólo la miró más de cerca, disfrutando con una sonrisa de los gestos con los que ella intentaba disimular su excitación. El agente Beckett empezó a penetrarla por detrás muy despacio, hasta introducir todo su miembro, y antes de moverse, empezó a masturbarla. Le susurraba cosas incomprensibles al oído, frases en un idioma desconocido, y acariciaba su clítoris a la vez que se movía buscando su orgasmo.
Ella no podía evitarlo, la visión de Miller de pie, frente a ella, con el miembro aprisionado en sus pantalones, y las embestidas de Beckett, cada vez más rápidas, fueron más fuertes que su voluntad, y acabó corriéndose mientras se mordía el labio para no gritar. Su orgasmo provocó espasmos que condujeron a Beckett a su propio clímax, derramándose y dejándose caer sobre ella.
Fotografía de angelplace.com