Estos relatos son independientes el uno del otro; no obstante, si la curiosidad te puede, puedes leer los relatos uno, dos y tres.

Cuando le conocí, nunca habría imaginado acabar en sus brazos. Nada en él anticipaba las maravillas de las que era capaz, las largas horas de sudorosos gemidos seríamos capaces de disfrutar juntos.
Le gustaba morderme los pezones hasta el límite de mi excitación, ansiaba perderse una y otra vez en mi húmeda entrepierna para conducirme sin descanso a la cumbre del orgasmo y conseguir que me derritiera entre convulsiones. Me gustaba deslizar mi lengua por su ombligo, acariciar su sexo con mi lengua para hacerlo desaparecer después entre mis labios, ansiaba sentir sus embestidas impetuosas, mientras me dejaba dominar sabiendo que yo también conducía el juego.
Nuestro lecho era una dimensión donde no existía nada más; nos devorábamos a la espera de un fin del mundo que no llegó jamas. Me aprendí de memoria el color de su piel, sus curvas y rectas, los lugares en los que el vello era más oscuro y sus debilidades; exploté como pude aquel inmenso y cálido océano. Olvidamos la inexistencia de la deidad a la que aclamábamos entre espasmos liberadores, para acabar mirándonos fijamente, entre respiraciones aceleradas y gotas de sudor recorriendo nuestras frentes.
Banda sonora: "Nueche d'insomniu" de Toli Morilla (https://www.youtube.com/watch?v=iaI-YcLGpd0)
Banda sonora: "Nueche d'insomniu" de Toli Morilla (https://www.youtube.com/watch?v=iaI-YcLGpd0)